Apenas me levanté, vi la luz saliendo desde la ventana de mi habitación. “Hoy será un día ocupado“ pensé, por la noche debía ir a una fiesta organizada por el rey. Según oí decir, sería en una residencia cerca de los jardines de Versalles. Un lugar muy bonito, sin duda. No sabía exactamente cuanta gente habría, pero seguro que serían muchos. Por suerte, no vivo tan lejos de donde se celebrará la fiesta. Sin embargo, mi prima Gisela, vive un poco más lejos, “me pregunto si la habrían invitado también“ dije en voz baja… suponía que sí, después de todo su padre es cercano a un duque importante del palacio.
Lo mas importante ahora era ver el vestido que usaría en la fiesta, pues como dice mi madre, cada fiesta es una oportunidad. A pesar que no estamos mal, a mi madre le gustaría que me case con algún príncipe o duque, de este modo estaremos a otro nivel social, por así decirlo.
Luego de levantarme y tomarme una ducha, fui directo a hablar con mi madre acerca del vestido. Ella asintió y se dispuso a ir a buscar mi vestido, el cual había pedido que hagan unas semanas antes de la fiesta.
Estaba realmente ansiosa y con un poco de nervios también. La última vez no había sido tan buena y mi familia realmente necesita esto. Mi padre es un conde, por lo tanto mi madre es una condesa. No vivimos mal, pero la ambición es algo característico en mis padres.
Y entonces llegó mi madre, junto con el vestido y algunas mujeres que la acompañaban. Tan pronto como llegó, me dispuse a ponérmelo. Ya me lo dejaría puesto, pues la fiesta sería tan solo en un unas pocas horas.
Aprietan y aprietan, y yo casi sin poder respirar. Pero lo sé, es necesario, de este modo me vería más bonita, supongo…
Y listo, el vestido puesto, y tan solo a dos horas de la fiesta, me dispuse a arreglar mi cabello. Y una vez listo, yo y mi madre fuimos a la fiesta.
Al llegar nos topamos con un señor el cual tenía una larga lista, y revisaba que no entrara nadie que no esté en esa lista. Revisó, y allí estábamos, por lo tanto nos dejó pasar. Ni bien entramos, mi madre me mandó a charlar con todos los duques y marqueses del lugar, alguno debía ceder. Pues no es por alardear, pero llevo por herencia de mi madre una gran belleza física. Rasgos finos y elegantes.
La fiesta terminó, y por mi parte conseguí llamar la atención de un duque. Prometimos hablarnos luego, por lo que espero que suceda. La próxima fiesta será en un mes y volvimos a ser invitadas, él también estará.
