Dijimos que los españoles, por órdenes de la Reina Isabel y de algunas bulas papales, consideraron a los indígenas americanos como seres humanos, sin embargo quedaban muchas dudas por su comportamientos si eran humanos racionales conscientes de lo que hacían o si realizaban actividades "extrañas" porque aun no conocían la cultura europea ni la fe cristiana.
En 1550, la Corona convocó una Junta para que especialistas expusieran sus ideas sobre la naturaleza indígena, y se llevó a cabo en la ciudad de Valladolid. En la clase compartimos dos textos con las ideas de dos personajes que reunían las opiniones mayoritarias de la época sobre la naturaleza indígena.
Debate
sobre la Naturaleza Indígena:
Con perfecto derecho los españoles imperan
sobre estos bárbaros del Nuevo Mundo e islas adyacentes, los cuales en
prudencia, ingenio, virtud y humanidad son tan inferiores a los españoles como
niños a los adultos y las mujeres a los varones.
¿Qué cosa pudo suceder a estos bárbaros más
conveniente ni más saludable que el quedar sometidos al imperio de aquellos
cuya prudencia, virtud y religión los han de convertir de bárbaros (…) en hombres
civilizados en cuanto pueden serlo?
Por muchas causas, pues y muy graves, están
obligados estos bárbaros a recibir el imperio de los españoles (…) y a ellos ha
de serles todavía más provechoso que a los españoles (…) y si rehúsan nuestro
imperio podrán ser compelidos por las armas a aceptarle, y será esta guerra justa
por ley natural.
La primera razón de la justicia de esta guerra de conquista es que
siendo por naturaleza bárbaros, incultos e inhumanos, se niegan a admitir el
imperio de los que son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos; imperio
que les traería grandísimas utilidades y comodidades.
Juan
Ginés de Sepúlveda: De la
justa causa de la guerra contra los indios.1550
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Todas estas universas e infinitas gentes
crió Dios los más simples, sin maldades ni dobleces. Obedientes, fidelísimos a
sus señores naturales y a los cristianos a quienes sirven. Son sumisos,
pacientes, pacíficos y virtuosos. No son pendencieros, rencorosos o vengativos.
Además, son más delicados que príncipes y mueren fácilmente a causa del trabajo
o enfermedades. Son también gentes que no poseen ni quieren poseer bienes
temporales. Seguramente que estas gentes serían las más bienaventuradas del
mundo si solamente conocieran al verdadero Dios.
En estas ovejas mansas (…) entraron los
españoles (…) como lobos y tigres y leones crudelísimos de muchos días
hambrientos. Y otra cosa no han hecho de cuarenta años a esta parte hasta hoy,
y hasta hoy en día lo hacen, sino despedazarlas, matarlas, atormentarlas y
destruirlas por extrañas y varias maneras de crueldad: en tanto grado que
habiendo en la isla Española sobre 13000 almas que vimos, no hay hoy de los
naturales de ella doscientas personas.
Fray
Bartolomé de las Casas. Brevísima relación de la destrucción de las
Indias. 1542.
Bartolomé de las Casas. |
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