Dos formas
de interpretar la soberanía:
Además de las enfrentar a los enemigos de la
Junta, que preferían jurar el Consejo de Regencia, los “porteños” enfrentaron
una fuerte oposición interna. En ocasión de la redacción de un “Reglamento”, a
principios de 1811 sobre la organización del nuevo gobierno, se plantearon las
dos posturas bien en conflicto.
“En el origen de este Reglamento se
enfrentaron dos conceptos esenciales: por una parte, el hispánico tradicional
de Nación, a partir de la “soberanía particular de los pueblos” –comunas
vecinales- como fundamento del Estado y por el otro, el introducido por los
Borbones que ordena el Estado en una gradación jerárquica descendente de
autoridades, a partir de la autoridad suprema, desde el gobierno central al provisional
y al local.
Producida la caída del régimen virreinal. los
pueblos creyeron llegada la hora de reasumir la soberanía particular, propia y
originaria de cada uno a falta de autoridad legítima que representara a la
Nación, ausente y prisionero de Napoleón, Fernando VII. Pero el patriciado
porteño mantuvo el cuadro político y administrativo de las Intendencias,
manteniendo, además, la “capitalidad” de Buenos Aires y asumiendo el carácter
de “gobierno supremo”.
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